Te sale una sonrisa que no puedes evitar y te das cuenta de que te sonríes a ti misma. Sabes que poco sentido tiene seguir manteniendo blanco y negro constante. Te acabas dando cuenta de que tu que te creías invencible, también necesitas besos en el cuello como el resto de los mortales y que a veces estas mas perdido cuando no te pierdes en nadie.
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