Tengo que admitir que cuando se trata de ti me vuelvo más vulnerable. Que siento un no se que en la barriga, algo que podría hacerme decir una y mil tonterías. Y entonces le pongo un candado a mis labios por miedo a equivocarme y cierro los ojos para que ellos no te cuenten lo que callo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario