jueves, 13 de octubre de 2011



Aprendí que los amores eternos pueden terminar en una noche. Que grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos. Que el amor no tiene la fuerza que imaginé. Que nunca conocemos a una persona de verdad. Que todavía no inventaron nada mejor que el abrazo de mamá con un, "ya pasó todo pequeña". Que el "nunca más" nunca se cumple y que el "para siempre", siempre termina.

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