jueves, 26 de enero de 2012
Que siempre cuento el mismo cuento y nadie me lo cree, ni si quiera yo sé si creer lo que mi subconsciente me tararea cada vez que apareces haciendo el idiota en uno de mis pensamientos. Que me inspiro de la nada, que cuando escribo no pienso en nadie, que esto me sale solo, que no me importa lo que hagas y que si te beso es porque me apetece, sin sentimientos de por medio, sin desastre emocional después de haberlo hecho. Se lo repito a todo el mundo mil y una veces, que si hacemos algo eso que me llevo, que cuando nos alejemos me dará igual, que no siento nada y que no me importa lo que hagas después con esas idiotas que pierden el culo por ti. Nadie me cree, cuando lo cuento se ríen de mi y me sueltan eso de ‘’venga, que ya nos conocemos’’ y lo peor de todo, es que me hacen dudar de si yo misma me conozco. Dicen que cuando escribo me inspiras, que cuando me miras pierdo el hilo de lo que me dices y cuando te tengo cerca te noto más lejos que nunca. Pero no, no me importas tanto y esto lo escribo pensando en nadie, sin más, eso es lo que le digo a todo el que pregunta y eso es lo que yo misma, a veces, intento tatuarme en esa esponja que tengo por cerebro.
Me encantaría escribirte que quiero huir contigo a otro lugar, lejos, muy lejos de aquí. Donde nadie nos conozca, donde no importe nada más que tú y yo, donde pudiéramos estar juntos. Pero ya sabes, no debo hacerlo, no es lo que debería hacer y aquí me tienes. Nos imagino allí y solo soy capaz de ver conversaciones sin fin llenas de risas, juegos idiotas a los que te obligaría a jugar y carreras de un lado al otro de la playa persiguiéndonos, sí claro, en ese lugar habría playa. Si pudiéramos ir, no dudo que vinieras detrás mi corriendo y con lo patosa que soy me cayera, ya sabes, lo normal. Me haría algún que otro rasguño en las palmas de las manos y después del grito que daría vendrías corriendo súper preocupado preguntándome que si estoy bien, te miraría con cara de pena y te enseñaría mis manos y ahí sería donde tú romperías a reír y me dirías ‘’Cuidado, que se te salen las tripas’’, entonces yo me enfadaría y dejaría de respirar, tú me abrazarías por detrás me susurrarías que eso no es nada y me mirarías a los ojos pensando que soy una perfecta idiota y que te encanta que lo sea. Yo solamente estaría pensando que no te merezco y tú irrumpirías de lleno en mis pensamientos preguntándome que qué se me pasa por esa cabeza de loca. Entonces llegaría él. Un silencio que nos envolvería a ambos en un una pequeña burbuja de jabón, frágil, fácil de romper. Pero recuerda, estamos solos, nadie nos puede romper la burbuja. Con tu mirada atravesarías mis ojos. En ese momento intentaría dejarte que entraras y vieras todo mi ser, todo lo que escondo, todo lo que nadie sabe de mí. Silencio y cómplices miradas, nada más. Solos tú y yo. No lo podría resistir, y poco a poco me acercaría a ti, a tus labios. Te besaría, despacio, muy despacio. Con ese beso te intentaría transmitir todo lo que me haces sentir. Me gustaría pensar que yo puedo hacerte feliz. Sinceramente, me gusta pensarlo.
domingo, 15 de enero de 2012
La miro a ella y la verdad es que no la odio, por que supongo que ella ha hecho lo que habría hecho yo en su lugar, asi que simplemente la envidio. Y la envidio por que ella tiene los besos que yo quería, las caricias que yo nunca tendré, las sonrisas que yo jamás podré provocar. Además, aquí nadie tiene la culpa, los dos habeis ganado algo y teneis lo que quereis, pero siempre tiene que haber un perdedor.
sábado, 7 de enero de 2012
No necesito tener mil cosas, ni ser la mas guapa ni la mas lista. No necesito que llames a mi puerta con un ramo de flores en las manos, ni con bombones y cartas de amor. No necesito ser la mas querida ni la mas odiada. No necesito que todas las chicas me envidien, no me importa no destacar, no me importa ser yo misma. No necesito hablar contigo a todas las horas del día, ni siquiera un par. No necesito sacar dieces o matriculas de honor, ni saberme las lecciones de carrerilla. No necesito que me sonrías y me engatuses como a otras tantas. No necesito salir de la mano un sábado por la tarde con un tío, ni sentarme en un bar con el a charlar mientras me dice que me quiere, ni siquiera necesito ir al cine con esa persona y poder acomodarme en su hombro. No necesito mas, no pido nada, solo poder levantarme con una sonrisa de lunes a domingo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)