jueves, 17 de noviembre de 2011



-Sólo eres uno más; un idiota más que dicen que te quieren, pero se lo dicen a la primera que se les cruza. Hoy dices que me quieres, mañana posiblemente se lo dirás a una supuesta amiga, y le harás lo mismo que a mí; la diferencia será que ella lo hará por que sí, sin darle importancia. Pero yo en cambio lo hice por que te quería, ¿así es como te gusta demostrar las cosas?
+ Pero si yo te..
- No me lo vuelvas a decir, nunca vuelvas a pronunciar esa maldita frase; porque sabes que si la vuelves a decir, caeré rendida a tus pies.

martes, 15 de noviembre de 2011


Todo esto me supera, la situación es ya insoportable, no se que hacer, que decir ni como actuar, como hacer para que las cosas no me afecten, pero es que soy humana... Y si, es por ti, porque te echo de menos, y no sabes cuanto me jode reconocerlo, pero verte con ella, y que ademas sea ella... No lo puedo aguantar. No hay día en que no me arrepienta de mi manera de hacer las cosas, de no haber sabido encontrar el camino a tu lado, porque se que podría haber sido yo la que ahora estaría a tu lado en todo momento, para todo y por que no? Para siempre.

miércoles, 9 de noviembre de 2011


A mi me hacía sentir especial joder. Lo que no sabía es que eso les pasaba a todas las chicas con las que se cruzaba en su camino. Era una más, algo que siempre he odiado. Quédate con ellas, olvídate de mí. Quizás hubiese sido mejor que nunca me hubiera hablado, por lo menos así evitaría estar despierta hasta las 5 de la mañana comiéndome la cabeza, pensando que fue lo que hice mal, en lo que podría haber sido... Así no hubiera vuelto a tener la necesidad de esperarle cada día, esperando aunque fuera escuchar un simple "hola". Me estoy volviendo loca. Pero no, el prefirió seguir ahí con sus tonterías, para cuando decidiera irse, fuera todavía mas difícil. Pero lo que pocos saben es que todavía me tiene totalmente ganada. Creo que ya no hay vuelta atrás. Lo odio, o no, que es aun peor... 

martes, 8 de noviembre de 2011




Pensar que todo está bien, que te sientes bien. Como si todo estuviese en calma y se quedase así durante el resto de tu vida. No pasa nada, pero es que no hace falta que pase nada. Puedes disfrutar de la montaña, aunque siempre preferiste la playa; salir a pasear sin tener un destino fijo; contar con los dedos las canciones que te recuerdan momentos que creíste olvidados.Escucha todas las conversaciones para imaginarte en otro lugar; súbete en el primer autobús que encuentres y cuando se baje el chico de al lado, hazlo tú también; guarda los miedos bajo llave, porque ya no los necesitas; que te vean bien, que eres feliz, y la felicidad hay que enseñarla y sacarla a bailar de vez en cuando.


Ojalá que te hagan reír abriendo bien la boca. Porque ya se sabe que la risa y la sonrisa no tienen nada que ver, solo comparten letras. Pero eso sí, tú tienes la sonrisa más bonita que he visto en mucho tiempo.


Todo se vuelve un poco incómodo, un poco frío, helado. Hoy el silencio es nuestro dueño, quitándole el sitio a la pasión. Recojo mi ropa que había ido dejando tirada anoche mientras arrancaba la tuya. Una noche sin una sola nube en el cielo, manto de estrellas, tú como único abrigo. Ahora, sentada en el borde de la cama, siento como recorres mi espalda con la mirada. Las palabras ya no importan, las miradas duelen. Fue la última noche, casi con rabia, con el dolor de saber que esos eran los últimos besos, las últimas caricias; sabiendo que te decepcioné, leyendo el dolor en tus ojos, y tú el temor en los míos, temor a echarte de menos a pesar de las palabras dichas. Tuve que decirte la verdad porque quemaba, el amor se apaga; y sé que esta será la última vez que mi olor quede impregnado en tus sábanas. Vuelvo a casa. Parece que el problema es mi único amigo. Parece que tu mirada y la mía no se quieren volver a ver, parecen desconocidas en una noche que poco a poco va dejando paso al sol. Me dejas en la puerta de casa. Pasa por mi mente la primera vez que me tragiste. La lluvia nos empapaba, pero todo era cálido, tierno, muy tierno, mi sonrisa reflejada en tu mirada te pedía que por favor, te quedaras. Ahora la lluvia solo hiela el corazón. Cierro la puerta del coche y, caminando hacia la puerta de casa, veo tu reflejo a través del cristal. Tu mirada se cruza con la mía, vacías, llenas de rencor, de dolor, de aún un poco de amor, de recuerdos… y te vas, te has ido. No volverás. Prohibido volver la vista atrás. Nuestro amor duró lo que dura el invierno. No pudimos acabar con la rutina antes de que ella acabara con nosotros. Cuando todo parecía haber encontrado su lugar, cuando tus miradas me empezaban a hacer temblar, un día, ya nada volvió a ser lo mismo. Pronuncio esas palabras con poco valor, te veo suspirar por última vez, te hago prometer que no nos volveremos a ver. Mejor para ti, mejor para mí. Yo no era lo que esperabas, no era la misma a la cual decidiste empezar a besar, ni tú aquello que necesito, que tanto busqué.

sábado, 5 de noviembre de 2011





 Odio el invierno, sí, hoy he decidido que lo odio con todas mis fuerzas. Odio sus cortos días lluvioso y fríos, los odio porque hacen que las noches sean más largas, tanto que parecen interminables. Supongo que es porque cuando llega la noche todo se hace más intenso, es cuando te paras a pensar, cuando realmente te das cuenta de las cosas y creo que me he dado cuenta de que me importas más de lo que yo pensaba. Porque creo que echo de menos estar contigo, que te rías todo el rato, por cualquier cosa aunque me pongas nerviosa, que me digas que tengo las orejas pequeñitas, que te enfades porque pienso que me río y tener que explicarte la diferencia entre risa y sonrisa, que me muerdas el labio y te rías al ver como se me corta la respiración, que intentes besarme el cuello utilizando la excusa más tonta, que te enfades y al ver que me pongo triste me digas que es broma y me abraces con todas tus fuerzas, o enfadarme yo y que me agarres la mano para que no pueda irme de tu lado. Porque sabes que me encanta que me des los besos despacito, como si tuvieras cuidado para no lastimarme, miedo a hacerme daño, con mucho cuidadito. Levantarme y ver tus buenos días, a veces con princesa incluído. Que me despiertes a las 4 de la mañana solo porque tu estas pasando por el portal y si estaba despierta podías verme un rato, que te vallas acercando poco a poco y cuando tu boca está a dos milimitros de la mía te apartes y solo para que yo me acerque un poco más, porque te encanta hacerme rabiar. Sí, creo que odio el invierno porque echo mucho de menos todas esas cosas,nuestras cosas.